¿Y adentro? Lo mismo: es un Fit. Pero esas son buenas noticias porque el interior del modelo es maleable y el espacio es uno de sus puntos fuertes. Con 2,55 entre ejes (2 mm más que Fit), hay mucho lugar para las piernas, aunque quien viaje en el medio sufrirá una plaza algo angosta y rígida. Lo mejor de este ambiente es el sistema ULT, que permite configurar las butacas en tercios y rebatir el respaldo con diferentes ángulos para obtener un piso de carga plano y una mejor posición, respectivamente.

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El baúl se mantiene con 363 litros de carga (perdió 63 respecto de la generación anterior) con una boca de carga bien baja que favorece esta tarea. Bajo ese piso, un auxilio de tipo temporal.

La calidad es aceptable y la presentación, muy correcta. El área de la climatización, heredada del Civic, le da un aire modernoso que está muy bien, aunque el sistema táctil no es de nuestros favoritos. Quien se ponga al comando del WR-V se encontrará con una muy buena posición de manejo, ya que ambos actores tienen doble regulación.

Lo que celebramos es la incorporación de la pantalla de 7”, que suma Android Auto y Car Play para los que tienen la (sana) costumbre de emparejar su móvil. Quienes no lo hagan igualmente contarán con mapas nativos.

La ausencia del ESP es grave, pero en materia de confort el WR-V está muy bien equipado: además de todo lo mencionado, suma cuero, cámara de retroceso (con tres modos de visión), llantas de 16”, barras portaequipaje, climatizador de una vía y cruise control como lo más destacado.

Dinámicamente este WR-V tiene algunos ajustes en la suspensión para mitigar el rolido de un vehículo que está ligeramente más elevado. Además, lleva caucho citadino, nada de uso mixto. Por todo eso en ciudad es super confortable (influye el talón 60) y a velocidades constantes también crucerea sin mayores problemas. En curvas tiene una ligera tendencia a subvirar, aunque en casos extremos como al que lo sometemos, nada que le haga perder la línea en uso normal.

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Y, ya que estamos en tema, lamentablemente el WR-V no aprendió del último Fit: carece de controles de tracción y estabilidad (y, por ende, de arranque en pendiente), un puntazo en contra teniendo en cuenta el valor del auto y que el Fit sí lo tiene. La buena: seis airbags y fijaciones Isofix para esta versión.