El interior se muestra agradable y los materiales son de buen tacto con escasa proliferación de plásticos rígidos. La posición de manejo no muestra aspectos criticables. La butaca regula manualmente en forma amplia y la columna lo hace en altura y profundidad con un volante multifunción de buen “grip”. El instrumental es analógico de diseño muy visible y retroiluminado. Los asientos traseros son cómodos y no manifiestan limitaciones para tres pasajeros, ni en altura (91 cm techo/asiento) ni longitudinalmente.

Uno de los aspectos más destacables es la habitabilidad de las plazas traseras que permiten ubicar a tres pasajeros casi sin limitaciones para los de estatura promedio. Lo mismo vale para el baúl con una capacidad de 520 litros. Las familias…felices.

Donde el Tipo nos sorprendió fue en las pruebas de frenado, considerando que dispone de discos adelante pero tambores atrás- que repetimos en varias ocasiones. Para detenerlo a 100 km/h fueron suficientes poco más de 38 metros, distancia más adecuada a modelos de segmentos y precio superiores con cuatro discos. Frena sin perder la línea de marcha y por medio de un pedal firme aunque con leves vibraciones provenientes del ABS.

En cuanto al comportamiento dinámico no hay quejas. Es franco, tracciona con decisión a la salida de curvas de baja y media velocidad. Además, el sistema ERM limita las inclinaciones de la carrocería evitando rolidos excesivos. La respuesta de la dirección es rápida, sólo el pasaje de cambios manualmente es algo lento y preserva el motor en demasía cuando se realizan rebajes a la relación inmediata inferior…en síntesis, se toma su tiempo.

En rasgos generales es un auto de manejo agradable y descansado, habitable y funcional que no busca prestaciones deportivas ni nada que se le asemeje. El destinatario del nuevo Tipo es la familia, eso está bien claro.